Los
primeros meses de vida del bebé son fundamentales. Le suceden una
serie de cambios que no se comparan con los que se pueden
experimentar en edades más avanzadas.
De
ser un recién nacido desvalido, pasa a convertirse en un niño cada
vez más autónomo que anda, juega y se relaciona con los demás.
Cada
día que pasa en la vida de un bebé se van fortaleciendo sus
habilidades. Muchos padres pensarán ¿y cómo, si pasa durmiendo
casi todo el tiempo?; el 10% del tiempo que pasan despiertos están
sumamente atentos a todos los estímulos del medio. Este es el mejor
momento que tienen los padres para conocer a su bebé y comenzar a
estimular su desarrollo.
Los
bebés durante el día pasan por varios estados de consciencia, cada
una de ellas se acompaña de comportamientos muy específicos.
Conocer estos estados ayuda a que los padres no se alarmen con
algunos comportamientos de sus hijos.
Dentro
de las etapas por las que pasan los niños durante el día, se pueden
diferenciar varias:
Sueño
tranquilo:
es
una etapa en la que el bebé se encuentra totalmente relajado. Su
respiración es muy regular y no se perciben movimientos.
Sueño
activo:
A diferencia del anterior, los ojos del bebé se mueven por debajo de
los párpados. También puede presentar movimientos de los brazos y
las piernas. La respiración también puede ser irregular y más
rápida. Hacen muecas. Se despiertan fácilmente.
Despierto
calmado:
Durante esta fase, los niños se mueven muy calmadamente. Tienen sus
ojos muy abiertos. Siguen los estímulos, y se distraen observando el
mundo que los rodea; imitan los gestos de los demás.
Despierto
alerta:
En
esta fase el bebé se mueve constantemente. Mira en diferentes
direcciones, hace ruidos. Esta fase se produce cuando se acerca la
hora de alimentarlo.
Llanto:
El
llanto que puede llegar a desesperar a muchos padres por no saber qué
es lo que le sucede a su bebé, tiene una finalidad muy importante,
la de poder comunicarse, alerta a los padres que algo tiene el bebé.
Los
sentidos del bebé
Desde
las primeras horas de vida, el bebé diferencia unos objetos de
otros, y algunos llaman más su atención. Cuando se detiene a mirar
un objeto, abre los párpados y fija su mirada en el objeto.
A
los bebés les llaman la atención los contrastes de luz y sombra,
los cambios, no se detienen sobre un mismo objeto o que este no
cambie por un período largo de tiempo; prefiere los colores vivos y
que contrasten (rojo, blanco y negro); prefiere aquellos objetos que
tienen muchos detalles, no los simples; le llaman la atención las
superficies rugosas, más que las lisas y lo alertan los objetos con
movimiento, no los estáticos.
Con
base en esto, se puede evidenciar porque los bebés se quedan
fijamente mirando el rostro de las personas, debido a que estos
tienen muchos detalles, contrastes y son diferentes uno a otro.
Los
bebés ven mejor los objetos que se encuentran a una distancia
aproximada de 25 a 30 centímetros; distancia que coincide con la
distancia que hay entre la madre y él cuando lo está alimentando;
contacto que representa su primera forma de comunicación.
Por
tanto, cuando un bebé se encuentra inquieto, se le puede
tranquilizar mostrándole un objeto con muchos contrastes y que
cumpla las características mencionadas anteriormente.
Los
bebés oyen desde antes de nacer. Pueden diferenciar sonidos
familiares o extraños, tonos agudos o graves.
Los
bebés tienen preferencia por los sonidos agudos, por lo que se
sugiere que los padres le hablen en este tono a sus hijos.
Los
bebés pueden seguir sonidos diferentes a la voz humana, y giran su
cabeza para buscarlos. Inicialmente, giran sus ojos y posteriormente
el cuello, pueden emitir sonidos o hacer muecas, otra forma de
comunicarse con su medio.
Los
bebés identifican primero la voz de sus madres, aún cuando no la
puedan ver, saben que esta allí y pueden empezar a llorar como forma
de comunicarse con ella para que le preste atención.
A
los bebés les agrada y tranquiliza los sonidos constantes, sin
cambios bruscos. Para relajarlos se puede emplear música con sonidos
de agua, lo que les produce la tranquilidad que sentían en el
vientre materno.
El
olfato de los bebés
Los
bebés reconocen el olor de su madre. Se dirigen hacia su pecho por
el olor, al igual que la madre también lo hace. Esta es otra forma
de comunicación que profundiza el vínculo madre -hijo.
El
sentido del gusto en el bebé
Los
bebés prefieren los sabores dulces. La leche materna, cambia de
sabor durante el amamantamiento, inicialmente es dulce y hacia el
final es más rica en grasas.
El
tacto del bebé: Se
desarrolla a lo largo de toda la piel del cuerpo. Este es un medio
importante para estimular a los bebés, que son muy sensibles al
contacto, la proximidad. Cuando los bebés están en contacto piel a
piel con su madre y/o padre, su respiración se vuelve más lenta, se
calman y relajan.
La
piel es un medio extraordinario que tienen los bebés para explorar
el mundo. Los bebés inicialmente tienen un gran número de
receptores sensitivos en los dedos y en los labios; razón por la
cual les gusta chuparse los dedos, estímulo que acompaña también a
la lactancia.
Los
masajes y las caricias son la mejor forma de estimular éste sentido;
además, los provee de amor, favoreciendo el desarrollo de su
afectividad.
A
través del tacto, los bebés pueden aprender muchas cosas, reconocer
texturas, sentir las formas, lo que les aporta una gran información
sobre los objetos que los rodean.
La
estimación táctil en el bebé es uno de los aspectos más
importantes para su desarrollo, por tal motivo, los juegos didácticos
diseñados con esta guía son especialmente dirigidos además de
otras cosas, a estimular el tacto del bebé con diferentes texturas,
y formas.
El
apego fundamental en los primeros años de vida, es el vínculo
afectivo que establece con las personas que interactúan con él y
que se caracteriza por determinada conductas, representaciones
mentales y sentimientos
- Apego madre desde el nacimiento, alimento y cuidado, angustia, dolor
- Apego padre a partir de los 9 meses, juego
- Apego objetos hasta los 5 a 6 años
El
proceso de formación y desarrollo del apego pasa por:
- 1 - 2 meses: - Busca activamente estímulos sociales.
- Le atraen el rostro, la voz, el tracto y la temperatura de las personas que le rodean
- Asocia estímulos - acontecimientos
- No se sabe que llegue a reconocer a personas como tales
- 2 a 6 meses: - Discrimina entre unas personas y otras
- Acepta mejor los cuidados de quien lo hace habitualmente
- 6 a 12 meses: - Conductas de preferencia con ciertas personas
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